Ingres, maestro del dibujo, en el Prado

Jean-Auguste-Dominique Ingres, tal era su nombre completo, nació en Francia en 1780 y murió en dicho país en 1867. Vivió, pues, la época previa a la eclosión de las vanguardias y el impresionismo, por lo que se enmarcaría aún en ese arte clásico, figurativo y realista, aunque sus toques orientalistas le dotaron de una fuerte personalidad, creando atmósferas irreales, oníricas.

El Museo del Prado le rinde homenaje con una exposición temporal que se puede visitar hasta el 27 de marzo. La muestra pone el acento en esa cualidad precursora de las vanguardias por venir, quitándole el marchamo de pintor academicista que a menudo le ha acompañado. Así, la exposición trata de señalar el carácter anunciador de Picasso que había en su obra, y su importancia a la hora de inspirar la modernización de la pintura europea, sobre todo la española.

Organizada en colaboración con el Museo del Louvre, la exposición se presenta de modo cronológico, pero poniendo especial atención al tema del retrato, representación pictórica que le generaba amor/odio, pues Ingres anhelaba ante todo ser reconocido como un pintor de temas históricos.

‘Retratos íntimos’, ‘Romas y los mitos’, ‘Mujeres cautivas’ o ‘Suntuosa desnudez’ son algunas de las secciones,  once en total, que conforman esta inmersión en la pintura de Ingres. En ‘Retratos íntimos’ comprobaremos cómo el pintor fue un retratista de éxito a su pesar, como demuestran esos lienzos pintados en el comienzo de su carrera (como el dedicado a François-Marius Granet). Y no te pierdas ‘La gran odalisca’, uno de los cuadros más sensuales de la Historia del arte. Pintado en 1814 por encargo de la hermana menor de Napoleón, es sin duda una de las joyas de la exposición, que se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 20h y domingos y festivos de 10 a 19h. Horario gratuito de 18 a 20h todos los días (domingos y festivos de 17 a 19h).

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