Cava Baja y Cava Alta, dos calles de la misma moneda
Se encuentran en el corazón de La Latina y ambas tienen su particular personalidad y respectivos encantos. La Cava Baja es la más bullanguera, animada, popular, en cambio la paralela, la Alta, tiene una cierta elegancia afrancesada, con sus galerías de arte, restaurantes coquetos y mucha más tranquilidad.
En la Cava Alta tiene especial fama Casa Lucio, mundialmente reconocido por un plato tan sencillo como apreciado: los huevos fritos. Abierto en 1974, cuenta con el carisma de sus fundadores, Lucio Blázquez que, pese a su avanzada edad (nacido en 1933), sigue siendo el alma máter del local. La calidad de sus productos justifica un precio tirando a elevado, en uno de los locales más emblemáticos de Madrid. Y si quieres una opción más económica, justo enfrente tienes la taberna Los Huevos de Lucio, en el número 30, abierta por miembros de la misma familia, en 2001.
Otros locales que merecen la pena en dicha calle son el Lamiak (nº 42) o La Txakolina, en el número 26, donde dan unos pintxos al estilo vasco nada desdeñables. Si te gusta el flamenco, pásate por La Soleá, en el número 27. Para copear, te recomendamos el bar La Playa que, haciendo honor a su nombre, cuenta con arena en la parte del baja del local. Especialidad en cócteles.
Merece la pena también la taberna Tempranillo (número 38), que cuenta con una estupenda carta de vinos, a combinar con tapas apetitosas como su crujiente de bacalao. También tostas y un gran surtido de embutidos. Mejor ir fuera del fin de semana, que suele estar lleno.
Y no dejes de lado a la calle hermana, Cava Alta, donde encontrarás restaurantes con encanto como Matritum, un local agradable ideal para una cena en pareja. Apunta también Cavalta 27, donde podrás disfrutar de arroces al estilo valenciano y una serie de tapas elaboradas de gran sofisticación, como su Semáforo de Esturión o la Coca de Boletus Negra.
Categorías: Gastronomía en Madrid
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