Delicias gastronómicas que no te puedes perder

Madrid esconde platos exquisitos que no se encuentran a primera vista. Sigue estas recomendaciones y permítete un pequeño momento de placer culinario. Como el potito de La Gabinoteca. Y sí, han leído bien, dice potito porque se trata de un frasco de cristal en el que encontrarás huevo, patatas y una exquisita trufa, combinados de tal modo que te sorprenderá. No es el único plato que merece la pena, como el dimsum de arroz a la cubana o la tapa de vieiras con pimientos confitados. En calle Fernández de la Hoz, para los amantes de la cocina sofisticada en miniatura, con raciones a unos 5-8 euros.

Vamos ahora a la cocina más popular y contudente, para disfrutar de un cachopo en toda regla. En la sidrería A Cañada (Alonso del Barco, 4, metro Embajadores) tienes una oferta entre semana que no podrás rechazar. Un menú para dos, por 25 euros, que incluye uno de los 12 cachopos que tienen en carta, para compartir, ensalada mixta, sidra y postre. Si consigues terminar el cachopo, eres un auténtico campeón.

Como si te comes una de las famosas ‘zapatillas’ del Melo’s, bar gallego, multitudinario y tipo ‘manolo’, con su barra metálica, en la calle Ave María, 44 (Lavapiés). ¿Qué son las ‘zapatillas’? Una especie de enorme emparedado de panes de pueblo a la plancha, con lacón y su pimentón y un jugoso queso fundido que te encantará.

Nos ponemos ahora más finos para probar el famoso ‘tartufone de Bruno’, en el restaurante italiano Ouh.. Babbo!, regentado por el actor Bruno Squarcia, a pocos metros del Teatro Real (calle de Caños del Peral, 2) y de nuestro hotel de la calle Montera. Está fuera de carta, pero el propio Squarcia no tardará en recomendártelo. Compuesto de pasta fresca, huevo de ave de corral, parmesano y una lluvia de trufa negra, el ‘tartufone’ es una delicia que, por 20 euros, merece la pena pedir.

Y si te gustan las croquetas, la respuesta es fácil: Casa Julio, en calle de la Madera, 27. Las favoritas de Bono, de U2.

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