El trazo hipnótico de Ribera
Nacido en Valencia en 1591, José de Ribera es conocido por sus cuadros de temática religiosa pero también por sus composiciones sobre personajes de la antigüedad, como Arquímedes o su llamativo ‘La mujer barbuda’. Obras suyas como ‘El martirio de San Felipe’ o ‘El martirio de San Andrés’ figuran entre sus grandes lienzos, con una fuerza visual sobria, gracias a los contrastes que crea con los claroscuros.
Comparado con Caravaggio, también porque buena parte de su carrera la realizó en Nápoles, Ribera fue ante todo un maestro de la técnica, a la que llegó tras el estudio concienzudo de sus temas, previo trabajo del dibujo y el boceto. Escenas anatómicas o cotidianas, pero también representaciones de tortura y de martirio, de gran originalidad.
Del 22 de noviembre al 19 de febrero se podrá visitar en el Prado la exposición sobre esa parte de producción, que lleva por título ‘Ribera. Maestro del dibujo’. Podremos admirar más de setenta obras de quien fuera apodado ‘El Españoleto’ por su relación con Italia (y por su baja estatura), entre las que figuran dibujos descubiertos recientemente, como ‘Aparición de Cristo resucitando a madre’ y otras composiciones nunca antes expuestas en España.
Todo ello con la compañía o diálogo, que se dice ahora, de otras obras más conocidas del autor, como ‘Sansón y Dalila’ o su ‘San Alberto’, en una muestra que permite conocer de cerca la tramoya del proceso artístico. Como complemento, el miércoles 30 de noviembre se ofrecerá una conferencia a cargo de Elena Cenalmor, conservadora del Museo del Prado, que ayudará a entender mejor las claves del arte de Ribera.
Y para redondear la visita, hasta mediados de febrero se puede visitar otra exposición temporal, dedicada en este caso a ‘El arte de Clara Peeters’, pintora flamenca especializada en naturalezas muertas y unas de las pocas mujeres que consiguió dedicarse profesionalmente al arte en la Europa de la Edad Moderna.
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