Heladerías para derretirse

¿Te apetece un helado? Pues que sea uno que merezca la pena. Como los de Mamá Elba Heladería (c/ Cea Bermúdez, 29), un local agradable, con sus baldosines blancos estilo parisino, donde además ofrecen tartas y pastales (opción sin gluten).

Más hacia el centro, apunta La Romana, que cuenta con un local en la calle San Bernardo, 97, donde ofrecen un helado que producen diariamente, en cantidades medidas para que el producto se encuentre en su mejor punto. El primer local abrió en Rimini, Italia, en 1947, por lo que cuenta con todo el buen hacer del país más heladero de todos.

Y para los más sibaritas, el helado de lujo está en Giangrossi, en la calle Velázquez, 41.  Más de 30 sabores que se salen de lo trillado, como el de zanahoria y mandarina, el de dulce de leche casero, crema de ron con chocolate o mascarpone con frutos rojos. Para los amantes del chocolate, hay varios tipos: intenso, con cookies, clásico…

Hay casi tantos tipos de heladerías como sabores, pues Mistura se ha posicionado como la heladería de los modernos. Con tres locales en Madrid, el de Augusto Figueroa es uno de los más simpáticos.  Presumen de preparar el helado a la antigua usanza y, al menos en lo que respecta a los ‘toppings’ o ingredientes extra’, esto es así completamente, ya que los empleados machacan, literalmente, el producto delante del cliente para luego integrarlo en el helado. Ofrecen también cafés helados, de vainilla, caramelo o mocca, zumos naturales, batidos y unos apetecibles tés  helados (verde, chai y blanco) que son refresco puro.

Pero si lo tuyo son los polos, no dejes de visitar la tienda de Lolo. Abierta en 2015, es la primera en Madrid en fabricar y comercializar polos artesanos. En un local moderno y de diseño, en una de las calles más animadas de Malasaña (c/ Espíritu Santo, 16), y destacan por lemas como “polos de fruta, no de hielo”, pues están hecho con un 75% de materias primas. Recetas exóticas que cambian a diario. Ya estás tardando en probarlas.

No te prives

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